La Ilíada de Homero es un clásico con el que tuve contacto hasta recientemente. Esta divertida historia contiene los componentes de una mitología, héroes humanos que, en un momento histórico, se encuentran en contacto con lo divino; en este caso, los dioses del Olimpo.
Como buena mitología, esta nos enseña y nos cuenta historias a diferentes niveles. El primero es el histórico, en el que los aqueos buscan tomar Troya como venganza por el secuestro de Helena, considerada la mujer más hermosa y esposa del rey Menelao de Esparta. Claramente, este es el motivo romántico de la incursión, pero va de la mano de muchos otros intereses políticos y de poder.
A un nivel más profundo está la historia que nos habla de nosotros, los humanos, y de las fuerzas que nos gobiernan; de las cosas que somos capaces y de las virtudes que nos pueden llevar al éxito. En este nivel, nos entendemos a nosotros mismos y a nuestros instintos.
A pesar de ser una historia más antigua que la de Cristo, esta es sumamente entretenida, rica en detalles y fácil de leer. Es sencillo identificarse con sus personajes y sus motivos, siendo así una muy amena lectura para una tarde y un café.
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